Mireya
Vásquez Tortolero
BIOGRAFIA
Francisco Pimentel nace en Caracas el 01 de septiembre de 1889. Fueron sus padres Francisco Pimentel Anderson y Margarita Agostini Caspers. Se sabe que su familia tuvo una gran formación intelectual. Su bisabuelo materno, Santiago Rafael Agostini, incursionó en el periodismo y llegó a ser director de una revista satírico-política llamada El Diablo Asmodeo. Por su parte la madre colabora en el Cojo Ilustrado y en la revista La Semana y su padre fue crítico y fabulista, miembro de número de la Academia Venezolana de la Lengua. Esto llevó a que el joven Pimentel creciera dentro de un ambiente familiar que estimuló su afición por la literatura. Aprendió idiomas (inglés y francés) con su padre. Entre 1909 y 1912, realizó estudios de derecho que no llegó a culminar, ya que durante este lapso comprobó que su verdadera pasión y vocación era la literatura.
Aunque fue un destacado poeta lírico como lo demuestran los versos de su obra Graves y Agudos, editada originalmente en 1940, su inclinación literaria estuvo hacia lo humorístico. En 1911 se inició en el periodismo en El Nuevo Diario que dirigía el doctor Diógenes Escalante. Al poco tiempo colaboró en El Universal, dirigido, para ese momento por el poeta Andrés Mata, después en La Esfera y en El Imparcial, dirigido, este último, por Leopoldo Landaeta. Fue fundador, junto con Antonio José Calcaño de El Heraldo y colaboró en éste lo mismo que en El Universal hasta su muerte. Escribió, también, en El Cojo Ilustrado, Élite, Caricaturas, Fantoches y La Revista, en diversas secciones casi todas en versos, y algunas en prosa. En 1918, fundó una revista llamada Pitorreos, dirigida por él y administrada por Antonio José Calcaño. A los tres meses, gracias a su gran éxito, la convirtió en diario, esta vez asociado con Leoncio Martínez (Leo) y con la colaboración de José Rafael Pocaterra. Fue un diario que tuvo mucho éxito; a través de las páginas de este órgano de prensa, se proyectó Francisco Pimentel (Job Pim), como un vehemente opositor al régimen de Juan Vicente Gómez, hasta que el 17 de enero de 1919, por orden del presidente, fue suspendido y allanado el local, destrozados los archivos y Francisco y Leoncio llevados a La Rotunda de Caracas. Así dieron inicio sus prisiones que duraron nueve años en tres lapsos de tres años cada una, con pequeños paréntesis de libertad, en cuyos momentos reanudaba su misión como periodista.
Durante la última prisión, a causa de habérsele presentado un dolor de estómago agudo y constante -principio de la enfermedad que le causaría su muerte- se logró que lo pasaran al Hospital Militar, donde estaban otros presos, entre ellos don Casimiro Vegas, padre de María Luisa, la que fue después su esposa. En esta época escribió unas coplas al coronel Jorge García; aún allí florecía su ingenio y triunfaba su espíritu. Con las siguientes coplas correspondió el Jobo a una inesperada gracia que le concedió el Alcaide de La Rotunda, permitiéndole que aprovechara los servicios de un dentista, que había ido a terminar un trabajo a Lucas Manzano, para que se mandara a hacer una plancha dental:
“Señor alcaide y guardián:
siempre fue la gratitud
la más excelsa virtud
que los mortales tendrán:
Darle gracias, pues, me toca
y las doy con efusión;
pues si el favor fue en la boca
me llegó hasta el corazón.
Otro tiempo en este "hotel"
me dejé la dentadura,
y no me dejé la piel
porque la tengo muy dura.
Y aunque el compensar no abunda,
usted resarce; es sencillo:
lo que perdí en La Rotunda
lo encuentro en el Manzanillo.
Mas yo vengo tan errado
hace diez años y pico
que quizás me perjudico
con los dientes que he logrado:
pues dirán, lógicamente:
"Si el Jobo antaño mordía
teniendo monda la encía
¡cómo morderá al presente!"
Pero la intención fue buena
y tenga certeza plena,
mi custodio y coronel:
cada vez que dé un mordisco,
lo recordará Francisco
Pimentel”. (p.14)
Ni aún estando preso dejó de escribir ya que de La Rotunda se conocen sus mejores poesías líricas y El Balance de Eva. Desde la cárcel, traía siempre algunas composiciones, que el propio autor las calificaba de tono "grave".
BRINDIS DE AÑO NUEVO
Mozo que en esta noche de Año Nuevo
por la plaza pletórica circulas,
y la fuga de año te divierte,
sin ver que algo de ti también se fuga;
tú que auguras el año venidero
de placer y fortuna,
y cuando dan las doce campanadas
y el cañonazo clásico retumba,
sientes un raro anhelo de expansiones,
de fraterna ternura,
y en medio de los seres de tu afecto
alzas la copa embriagadora, escucha, a pocos pasos,
en ese antro dantesco, La Rotunda,
allí en esa anacrónica Bastilla
donde el buitre feudal los tiempos burla,
hay hombres que se arrastran esta noche
entre un chocar de hierros que espeluzna:
segregados del mundo sin derecho,
sin sentencia ni culpa;
muertos para el bullicio de la vida,
vivos para el silencio de la tumba.
Hombres de cuyos ojos apagados,
en esa hora hará brotar la angustia
el manantial de lágrimas
que no logró arrancarles la tortura.
Que están pensando en un hogar sin sombras,
y en una anciana de pupilas turbias
que alza las flacas manos suplicantes
hacia un Dios de piedad que no la escucha.
Mira un momento las humanas larvas
que desde sus covachas se saludan:
--¡Otro Año Nuevo hermano!
--¡Dios nos saque con vida de esta tumba!
¡Que ni siquiera pueden abrazarse,
confundir su amargura,
ni decirse la mágica palabra,
ni mirar cómo rasga la penumbra,
la generosa chispa que se enciende
cuando dos pechos de varón se juntan!
Piensa en esas gargantas
que una mano fantástica estrangula;
en esas frentes donde sopla el hálito
que las almas arruga;
en esos hombres que esta noche lloran
en la torre feudal de una República,
en el trágico pozo
donde un sátrapa bárbaro sepulta
a los que haciendo un masculino gesto
dieron la espalda a la ralea eunuca…
Piensa un instante, y luego,
Bebe tu copa y tu festín ranuda.
La Rotunda, diciembre 13, 1919 (pp.35-36)
10 DE JUNIO
Hoy es el santo de mamá;
tiene tres hijos en prisión;
¡cómo estará su corazón;
yo sólo sé cómo estará!
Eta mañana al templo fue
y allí estará desde la aurora!
¿a qué santo le ruega ahora?
¿tendrá siempre la misma fe?
La iglesia está cerca de aquí
Ruega por nuestra libertad:
¿el Dios de amor y de piedad
la oirá esta vez? Puede que sí…
La miro: ruega y llora al par,
de hinojos ante la Señora:
¡Oh la Madre que ya no llora
mirando a las madres llorar!
La triple cruz de su dolor
con mansedumbre heroica lleva:
piensa que es una ruda prueba
a que la somete el Señor…
¿Qué ha de probarte Dios a ti,
si te conoce a perfección?
Tu heroísmo, tu abnegación
sabe: ¿Él no fue quién te hizo así?
Hoy es su santo. Fue a pedir
por sus tres hijos. Como antaño
brilla hoy su fe. ¿Tampoco este año
el buen Jesús la habrá de oír?
Y hacia el lúgubre torreón
cuando salga se volverá
para enviarnos su bendición:
¡Aquí estamos los tres mamá!
¡Cómo estará tu corazón!
La Rotunda 10 de junio de 1921 (p.42)
Y en los intervalos de libertad, entre uno y otro encarcelamiento, reasumía sus composiciones en tono "agudo", de sano humorismo. En una época tituló sus diarios y festivos versos: Crónicas Jobiales.
LEO
Es lumbrera en agraz que ya fulgura
con más brillo que muchos soles viejos;
hábil artista en la caricatura
y, en cuestiones de letras, irá lejos.
Pero en su desgarbada contextura
no se advierten siquiera estos reflejos.
y es tanta la fealdad de su figura
que al mirarlo sollozan los espejos.
Y a pesar de todo esto, y aunque es feo
(no el de la Luz Eléctrica) este Leo
es una “buena ficha”, y tan buen “tipo”
Que de seguro no se enfadaría
si le pidiera su fotografía
para un escapulario contra el hipo. 1911
Nota: Publicado en El Universal bajo el pseudónimo de “M.R. Williams”
ELOGIO DEL ADJETIVO
¡Dios te salve, adjetivo, mitad de la Gramática,
que mantienes del mundo la difícil estática! (...)
Tú eres grano de incienso que alimenta la llama
del turíbulo eterno de los aduladores,
halagas el amante corazón de la dama
y esponjas el orgullo de los altos señores.
En ripio transformado, sirves a los poetas
que la Métrica adusta con sus reglas tortura,
por ti los versos cojos caminan con muletas
y las frases anémicas ensanchan la cintura.
Los difuntos te acogen también como los vivos;
tú velas sus defectos, sus virtudes amplías,
y ofrendas el tesoro de los superlativos
para los epitafios y las necrologías.
En Roma tu eficiencia las tormentas conjura;
¡cuántas veces el César su cólera declina,
por un sabio adjetivo que Petronio murmura
a la crédula oreja del hijo de Agripina!
¿Qué mucho que contados literatos modernos
vociferen a todos los vientos que chochean=
tú seguirás reinando por los siglos eternos,
mientras sobren volúmenes y falten las ideas. (...)
¡Oh señor adjetivo! Concédeme tus dones,
tus sonoros epítetos y calificativos,
y amontona en mi tumba sapientes inscripciones
pletóricas de títulos y de superlativos.
Caracas, 1912 ( p. 102)
Cecilia Pimentel (1959), en la Introducción a las Obras Completas, afirma “A pesar de tan severas y tenaces persecuciones, imprimió siempre a sus escritos un ferviente amor a la libertad, combatiendo sin tregua en su estilo, al parecer festivo, la tiranía de Gómez. Irreductible en su dignidad de patriota y de hombre, soportó una vida de pobreza y de privaciones, sin claudicar jamás” (p.14)
Al morir Gómez, fue designado cónsul de Venezuela en
Valencia (España), cargo que desempeñó hasta el comienzo de la Guerra Civil
Española (1936), cuando el canciller Esteban Gil Borges le ordenó regresar al
país. Después de la guerra (1939) volvió a España, pero su estado de salud le
obligó a regresar a Caracas en 1940, donde reanudó su actividad periodística
hasta su muerte. Muere en Caracas, el 12 de agosto de 1942, a los 51 años de
edad.
ALGUNOS TEXTOS
Antes de dedicarse a la poesía humorística, Francisco
Pimentel fue un gran poeta lírico. De esta arista son sus primeros poemas. Una
muestra de ello es:
NOCTURNO
ROMÁNTICO
Bajo la sideral melancolía
del silencioso y desolado cielo,
deshojaba lloroso un violoncelo
el sollozo fugaz de una elegía.
Evocaba el doliente ritornelo
convulsivos gemidos de agonía,
y en la callada noche se sentía
llorar un angustioso desconsuelo
¡Oh amarga desventura de aquel canto
que expresaba el romántico quebranto
de un alma moribunda! Tu hondo duelo.
tortura aún mi oído con su acento,
y hay más angustia en el fugaz lamento,
y es más triste el doliente ritornelo
(1910)
EN TU SOMBRERO
Sobre el áureo milagro de tu pelo,
--florilegio de luz, seda y fragancia—
hace su aristocrática elegancia,
tu sobrero de claro terciopelo.
Su lujosa estructura indica el celo
de alguna hábil modista de importancia
que lo copió de un figurín de Francia.
Sobre el ala sumida en desconsuelo,
un ave azul parece que suspira,
y en su pupila –artística mentira—
fulguran melancólicos destellos.
¿Sabes por qué suspira? De seguro
Que le parece el terciopelo duro
Y sueña con posarse en tus cabellos. (1910)
¡Qué poemas
tan modernista! Suave, sutil el tratamiento de cada uno de los elementos que
trata.
Sobre
el áureo milagro de tu pelo,
--florilegio de luz, seda y fragancia—
Su lenguaje
preciosista, esas imágenes sensoriales que le da al poema una belleza
inigualable. A pesar de lo anterior y reconociendo la belleza de su poesía, a Francisco
Pimentel se le conoce fundamentalmente por su obra humorística que se
desarrolló bajo el seudónimo de Job Pim, la cual lo hace uno de los más
importantes humoristas en verso que ha dado Venezuela. Junto a Leoncio Martínez
(Leo) y Aquiles Nazoa, representa a uno de los más importantes poetas y
humoristas del siglo XX venezolano.
CARAOTAS CON
TROPEZONES
Una especie de encuesta
“El Heraldo” hace poco ha abierto en esta
“galletera” ciudad, y el tema ha sido
éste: ¿Cuál en su speaker preferido?,
y como de costumbre, nuestra gente
a la escueta cuestión no se ha ceñido,
y nadie ha respondido simplemente:
“Yo prefiero a Perico,
por las razones que en seguida explico”,
sino que cada quien su fallo imparte:
“Estos los buenos son, y éstos los malos”,
y sin razón ni autoridad reparte
a aquéllos, flores, y a los otros palos.
¿Qué tal si en un certamen de belleza,
los votantes perdieran la cabeza,
y en vez de concretarse a la cuestión:
“Fulana es la más bella, en mi opinión”,
agregan al voto;”Perenceja
es corcovada y Menganita, vieja,
y Zutana un jamón?”
Si pudieran hacer estos vejámenes,
a palos se acababan los certámenes.
Pues bien, cuando se escribe
que un perifoneador
es malo, y muchas veces que es peor,
se lesiona a un señor que de eso vive,
pues si la empresa se llevara de est
le quitaría el puesto.
Caramba, no hay derecho, que yo sepa,
a amenazarle a un infeliz la arepa
por
animadversión o por capricho;
y además ¿quién ha dicho
que para propagar
la bondad de un artículo cualquiera,
un auto, un cigarrillo, una nevera,
es necesario ser un Castelar?
Compadezcamos a esos compatriotas
procurando que en nuestras opiniones
no encuentren ellos esos tropezones
para las caraotas.
Su hermana afirma que El había sido el cronista en versos de la
ciudad, aún más: de Venezuela, narrando a diario cuanto en ella sucedía: todas
las peculiaridades nuestras; dando vida a los tipos urbanos …”(Pimentel.
1959, 20)
TRANVÍA DE CATIA
Desde hace
varios días,
tenemos otra línea de tranvías
de suma
utilidad
pues a Catia va a unir con la
ciudad.
Esto a la empresa le ha salido
encomio
y el argot popular ha enriquecido:
en efecto, es de todos bien sabido
que, como en Catia se halla el manicomio,
los que
hasta ayer veían
algún tipo
chiflado.
“¡Ten cuidado con Catia!” le decían,
Pero esto no era muy disimulado
Y la frase ha ganado en ironía;
Hoy se le da de loco lo patente
A cualquiera diciendo simplemente
--“Mira que
ahora hay tranvía…”
Pero sucede ahora
algo que a los catianos encocora,
y es que toda la gente caraqueña
al presente
se empeña
en estrenar la línea recién hecha,
y el carro lleva tantos peregrinos
que los
pobre vecinos
no han podido montarse hasta la
fecha,
y como si no hubieran puesto el
carro
tienen que usar las de batir el
barro.
Esto de irse a Catia todo el mundo
excepto los de allá, da la razón
a cierto pensamiento muy profundo
no sé si de un francés o un alemán;
y es que allá no están todos los que
son
ni son tampoco todos los que están.
Y los catianos, si no cambia esto
tendrán que publicar un manifiesto
en el que
esté expresada
la Doctrina de Monroe, aplicada
a conseguir en sus tranvías puesto,
y parodiando a los americanos
decirnos: “¡Catia para los
catianos!”
Fue grande su compenetración con el
medio ambiente venezolano y principalmente con el caraqueño. Supo echar mano de
cualquier tema, el cual criollizaba, y a
través de sus versos llegó a sus lectores con sencillez y gusto. De la
misma manera que Aquiles Nazoa nos pasea por las calles de Caracas, Job Pim, dice
Jesús Semprún, que Os llama a su lado y
os invita a pasear por Caracas. Os va mostrando cuanto encuentra al paso, con
ademanes frívolos, amables, corteses, con frases empedradas de chistes cuyo
condimento acaba por desterrar de vuestros ánimos el azoramiento. (Pimentel.1959,21)
NOCTURNO DE FIN DE AÑO
Esta noche,
esta noche
toda llena de “palitos”, de bocinas y de música jazzbándicas
esta noche
de Año Viejo que por fin nos abandona
con
bronquitis y sin plata;
a pesar de
los avisos
que nos dan
los entendidos en finanzas,
como siempre
en nochebuena de Año Nuevo,
gozará toda
Caracas.
Los acordes
desacordes de una bulla
mucho más
que wagneriana,
hecha a base
de cornetas, de victrolas, de electrolas,
y de radios
de onda corta y de onda larga;
los
cocteles, esa gama de colores y sabores y perfumes,
con escala
que hasta un
santo subir puede
(sobre todo
si en la escala está la Santa).
Y la luz de
las bombillas que se apiñan a millares
en la Plaza;
y el mirar
de las mujeres
que no
entienden una jota de finanzas,
y la prueba
es que llevaban una simple falda corta
en los
tiempos de bonanza
y hoy que
estamos en la era del recorte,
llevan una
llevan una
llevan una
regia falda larga…
Todo hará
que el caraqueño se entusiasme y se embarulle,
que se
olvide del mañana,
que “eche
fiados” dondequiera,
de licores,
de vehículos, de hallacas,
y le pida
cuatro “lajas” al longánimo Donzella
que, si
acaso, las verá en Semana Santa.
Y amanezca
con el
hígado en la boca, sin el “diario” de la casa,
y con un
“violín” de pueblo,
y un “ratón”
de ocho cilindros que le brinca en las entrañas.
Dentro de su humorismo, supo Job Pim dictar lecciones de moral, sus escritos encerraban sabias moralejas a la altura de los más serios tratados. Hacía crítica humorística dentro de la seriedad de sus planteamientos. Podremos acá un ejemplo de ello:
SOBRE EL TEATRO NACIONAL
Como el conflicto actual ha
acaparado
la pública atención ,
muy poco en estos días se ha tratado
de los asuntos de la población.
Hay uno sin embargo,
que por su trascendencia capital,
amerita un capítulo y muy largo
del cual ahora quiero hacerme cargo:
el teatro
nacional.
La obra criolla teatral estaba
muerta
desde el tiempo en que enormes
zaperocos
armaron el Gallero como pocos,
El Santo de
Mamerta
y algunas más con que nos divertía
Ramírez, cuando el pobre aún vivía.
Y hoy cuando varios lustros han
pasado
y el teatro nacional vuelve a nacer,
resulta, al menos en mi parecer,
que en estos lustros nada se ha
ilustrado
y hoy tiene menos lustre aún que
ayer.
Es muy cierto que, en muchas
ocasiones,
los chistes de antes eran
vulgarones,
de factura
ordinaria;
pero los chistes de hoy
apesadumbran;
son más vulgares que los que
acostumbran
los búlgaros del vulgo del Bulgaria.
Epigramas he oído
que ruborizarían a una cosaco,
(Conste que si al cosaco en danza
saco,
es que tengo
entendido
que el cosaco es el hombre más
curtido).
¿Y quién tiene la culpa? ¿Los
autores?
No, queridos
lectores.
Si el público no fuera tan estulto
y a lo vulgar no le rindiera culto,
los autores cuidaran de seguro,
de que fuera su estilo algo más
puro.
Hay que ver lo que goza nuestra
gente
con un
chiste indecente,
y en cambio le parece una pamplina
la ironía más fina.
Y como los autores saben esto,
no elaboran siquiera un chiste
honesto;
¿qué el sentimiento artístico se
estraga?
¿y qué importa si el público es
quien paga?
Probado está que cuando el arte chilla
es cuando hay más dinero en la
taquilla.
En fin, si nuestro teatro nacional
no se puede escribir de otra manera,
mucho mejor es que otra vez se muera
de anemia u
otro mal;
pues si seguimos por el mismo atajo
los cómicos saldrán hasta en camisa
y habrá obra
tan lisa,
en que salga un actor, nos suelte un
ajo
y el público se muera de la risa
y el teatro, de placer, se venga abajo.
Francisco Pimentel no
sólo escribió versos e hizo humor, también se destacó como fabulista. Según Key
Ayala (1955), la Fábula se escribió en Venezuela desde tiempos remotos. Don
Andrés Bello llegó a practicar este pequeño género en castiza lengua castellana.
Pero no fue muy utilizada por los escritores venezolanos. Para el crítico antes
mencionado: La fábula venezolana no
andaba libre, entregada a sí misma, sino
aliada al género costumbrista, a la sátira social o política, o salpicada de
una lengua despreocupada y picaresca. (Ayala, K. 1955, 1061). El padre de
Job Pim, don Pancho Pimentel resultó ser un gran fabulista, pero en la fábula
que precedió a Francisco Pimentel (padre) estaba presente la sátira y además
cumplía una función docente, principalmente para los niños, por lo que no gustó
mucho a los jóvenes escritores de las primeras décadas del siglo XX, ya que lo
tenían por infantil y poco digno de las
altas musas. Don Francisco, según Key Ayala (1955) buscó reponer la fábula en el nivel alto de un género literario dotado
del prestigio que maestros le infundieron.(p.1061). Esa fue la herencia de
Job Pim, quien hizo, entre otras, traducciones de las fábulas de Juan Pedro
Clarín de Florián (1755-1794), escritor dramático y novelista francés. Una de
ellas es la siguiente
LA AVISPA Y LA ABEJA
La avispa una mañana
llamó a la abeja “hermana”
y la abeja enfadada, dijo: --Amiga,
yo quiero que me diga
¿de dónde saca usted tal parentesco?
--¡Caramba, tanta vanidad me crispa
--replicóle la avispa--,
¿No ve que a usted en todo me
parezco?.
Alas, corpiño, talle
son lo mismo en las dos, y hasta un
detalle
demuestra nuestra idéntica extracción:
exacto es mi aguijón.
--Cierto –dijo la abeja—
a su aguijón el mío se asemeja:
pero en el uso está la diferencia:
la de usted es un arma de
insolencia;
de defensa es la mía,
y mientras yo trabajo con paciencia,
usted a todo el mundo desafía:
¿somos hermanas? Dígalo en
conciencia…
Entre las fábulas originales
del autor tenemos:
EL VIOLÍN Y EL CONTRABAJO
Un violín fanfarrón y atrabiliario,
aunque no era ningún estradivario,
cierta noche de fiesta
interpelaba así desde la orquesta
al grueso contrabajo, su vecino:
--Paréceme injusticia manifiesta
que donde vibra un noble concertino,
encanto de selecta concurrencia
haya tenido un necio la ocurrencia
de poner tan estúpido instrumento
que lo que hace es roncar como un
cochino,
sin dulzura, sin gusto, sin acento.
No veo la importancia de tu cargo:
uno que otro compás, y sin embargo,
tienes el desparpajo
de ostentar este nombre: contrabajo.
--Amigo,-- respondióle en tono
grave,
el otro—yo sé bien que no soy suave,
ágil ni aristocrático,
y que acaso mi acento no es
simpático,
por lo cual no podría
entonar la más simple melodía:
y pues comprendo así cuán poco
valgo,
considero muy justa tu protesta:
pero ¿qué hacer? El director de
orquesta
no prescinde de mí… será por algo…
Se puede observar cómo la fábula en
manos de este escritor se convierte en un medio educativo.
LA ZORRA Y
EL LORO
Con ganas de comerse una gallina,
cierta zorra ladina
se disfrazó de pavo;
mas, por descuido o por coquetería,
sin cubrir dejó el rabo
que era lo más bonito que tenía.
De este modo ataviada,
Al gallinero fue la muy taimada,
Y tocando a la puerta
Pidió le fuera abierta
Para dar un saludo a sus parientes.
Y como es una cosa cierta
que las gallinas son muy inocentes,
y el gallo andaba en viaje de negocios,
aquellas avecillas sin cautela
por distraer sus ocios
a abrir se
preparaban la cancela.
Mas, por fortuna, un loro que allí había
y era un bicho muy ducho y vivaracho,
se fijó en el penacho
que el visitante por detrás lucía.
Y la zorra esta vez tuvo un fracaso
Pues el loro gritóle al seudopavo:
--¿Pavo con ese rabo?
¡Yo me voy por si acaso!.
Pimentel le da un
sentido venezolanista a sus fábulas, las adapta a nuestro medio, ofrece
características nacionales. Sus personajes son tan venezolanos como él mismo. Solo un humorista como "Job Pim" pudo escribir un soneto tan maravilloso como el que tituló Desahuciado
Me han visto nueve médicos. Los nueve,
de nuestra Facultad ornato y gala.
Los nueve encuentran mi salud tan mala,
que me debo morir en plazo breve.
Congestión en el hígado, y no leve;
bronquitis, de la tisis antesala;
un riñón de su puesto se resbala
y el colon no funciona como debe.
Yo morir no me siento... Pero ¿cómo
nueve sabios así de tomo y lomo
se van a equivocar sobre mi suerte?
¿Que me debo morir? ¡Venga la muerte!
¡Todo antes que dejar en la berlina
a media Facultad de Medicina!
CONCLUSIÓN
Se ha dado una visión general de
Francisco Pimentel (Job Pim), quien a través de sus versos llega a ser crítico,
poeta, humorista, traductor y hasta escribe algunas cosas en prosa, pero es por
medio de su poesía como recorre varios caminos dentro de la literatura y se
desarrolla como magnífico humorista. Con su verso sencillo trasmite grandes
enseñanzas, relaciona su accidentada vida con las cosas más simples de la
naturaleza humana y del entorno que le rodea, sin llegar a ser sarcástico y por
ello hace reír a sus lectores, y su obra resulta fresca y amena. Cabría decir,
además, que su humorismo fue la enseñanza que dejó a grandes escritores de este
género como Aquiles Nazoa y Miguel Otero Silva.
LISTA DE
REFERENCIAS
Francisco
Pimentel (Job Pim) poeta y humorista venezolanohttp://gury.orgfree.com/pim.htm Consulta: Diciembre 2011
Key
Ayala, S. (1955) Obras Selectas. Madrid-Caracas:
Ediciones Edime
Pimentel,
C. (1959) “Introducción” Obras Completas
de Francisco Pimentel. México: Editorial América Nueva
Pimentel,
F. (1959) Obras Completas. México:
Editorial América Nueva