ACERCA DE LAS AUTORAS

sábado, 8 de mayo de 2010

PEONÍA Y LA TESIS POSITIVISTA

Mireya Vázquez Tortolero

Para los profesores Osvaldo Larrazábal H. y Gustavo Luis Carrera, la novela nacional es el resultado progresivo de una serie de factores que se fueron asentando adecuadamente para permitir la elaboración de un movimiento que, en un momento determinado, influyó en la novela posterior, y dejó establecidas las bases para el logro definitivo de un modo de expresión. Peonía será una de esas obras, novela que trajo a la crítica diversos pareceres, unos a favor y otros en contra.

Peonía, fue escrita por Manuel Vicente Romero García. Su primera edición fue en 1890 y según el propio autor, es una “seminovela”. En el prólogo hay una carta dirigida al señor Jorge Isaac y donde Romero García toma posición con respecto a los temas que tratará en su novela. En ella quiere mostrar la situación social que vive Venezuela en ese momento: el período del Guzmancismo, momento de controversias en el país.

El Positivismo con sus nuevas ideas sociológicas y científicas, se va introduciendo en los jóvenes universitarios, para orientar las comunes preocupaciones del alma venezolana. Romero García pertenece a estos jóvenes. Los integrantes de esta generación hacen de su trabajo literario un instrumento polémico para interpretar la realidad histórica y social del país.

Edoardo Crema (1952) en el estudio crítico que precede a la obra dice que Romero García fue positivista integral: como pensador se adhirió al materialismo más o menos ateo; como científico, a la teoría de la evolución: y como sociólogo, a todos los ideales de progreso humano, desde el mejoramiento de los sistemas de trabajo y de los gobiernos. (prólogo p. XXXII)

Santiagp Key Ayala (1955) dice que Peonía encierra el ideario de Romero García. En ella hay un llamado a la tierra, y más que a la tierra grande, lo hace a la “tierruca”, a lo regional. También encontramos denuncias de la realidad nacional, hay cuadros costumbristas y la presencia del idilio entre Carlos y Luisa.

La novela presenta las remembranzas del personaje principal: Carlos. La frase inicial Mi ánimo se ha serenado ya indica que lo relatado posteriormente ha sucedido con anterioridad. La narración se hace en primera persona. Esto permite conocer los sentimientos y la forma de pensar de Carlos, quien es el que narra. Conocemos su posición ante muchas cosas. En el capítulo XX, define sus sentimientos

-Si he de serte franco, querida Luisa, la soledad es mi inseparable compañera desde hace muchos años; la llevo aquí, en el cerebro, y aquí, en el corazón; no he hallado nunca quien comparta conmigo ni mis afectos ni mis ideas. En cuanto a los primeros dicen que no los tengo (…) respecto a los segundos, paso por loco, exagerado y corrompido porque uso un patrón para mis actos: la razón. (Peonía, pp. 55-56)

Se desarrollan, en la novela, dos temas, que nos permiten conocer el ideario del autor. Por un lado tenemos el idilio entre Carlos y Luisa, quienes, como dice Pedro Díaz Seijas (1966) nos presentan diferentes aspectos del sentir y del pensar venezolanos a través de una universal manifestación como es el amor. (p. 445) Esta pareja entre las inconsistencias de los sentimientos de Carlos y la entrega total de Luisa, nos muestran armonías y contrastes a lo largo de toda la obra. Luisa, joven, de carácter apacible, con una gran sensibilidad y mucha tristeza, refleja el aspecto romántico de la novela.

…crecida bajo una tiranía que la humilla, porque su sirvienta de ayer es su dueña de hoy; viendo deslizarse su existencia monótona y oscura, obligada a callar en el seno tempestuoso de una joven de catorce años el primer grito de su naturaleza exuberante, que despierta con los perfumados besos de la primavera. (p.40)
Carlos, por su parte, es un joven del momento, se podría decir que guarda las ideas positivistas del autor. Es un culto ingeniero, de buenos modales y nobles sentimientos. Quiere ayudar a sus tíos a solucionar el problema de los linderos de las haciendas. Es un idealista que quiere ver su país evolucionado hacia el progreso, lejos del despotismo de la época.

Va a la hacienda de su tío Pedro y allí se encuentra con la realidad del campo venezolano. Allí cree sentirse enamorado de su prima Luisa, pero son muchas las cosas que no funcionan para sólo dedicarse a pensar en sus sentimientos amorosos. Es a ella a quien da a conocer sus sentimientos y su forma de pensar…

…he llegado a formarme una filosofía propia, hija de la soledad, del vacío en que ha vivido mi corazón; jamás he hallado un ser que me comprenda, jamás un alma amiga que se consustancie con la mía… p.135
Compara la naturaleza con la situación de su país. Allí vemos otra de sus reflexiones:

-¡Oh! ¡Naturaleza! ¡Qué cambios! Ayer no más llevaba en su corriente el río un caudal enorme de aguas y piedras y árboles y basuras, y hoy baja casi humilde; pasaron las horas de la fortuna y con ellas los arrebatos de la insolencia; con los primeros instantes de la desgracia, los primeros rasgos de la cobardía, las notas de la prudencia. Así somos también los hombres, así somos los venezolanos. Días vendrán en que este revuelto río del despotismo baje a su nivel, entonces veremos a los personajes de estos tiempos, orgullosos, irascibles, crueles y sanguinarios, tornarse mansos y suaves, generosos y nobles… (p.137)
En el idilio, la novela muestra sus rasgos románticos, pero pesimistas. Desde el mismo inicio, se vislumbra el final trágico del idilio de la pareja protagónica. Frases como: ¡Oh, Luisa! ¿Por qué pasaste como meteoro por el cielo de mi tristeza? (p.38). O Luisa y yo estamos aquerenciándonos y al fin habremos de terminar por ser inseparables - me decía entonces. ¡Oh! ¡Cómo me engañaba yo! (p.68), así lo demuestran.

Por otro lado, el conflicto que viven el tío Pedro y el tío Nicolás, uno habiéndose quedado en el atraso y el otro con ideas de avance técnico. El tío Pedro, déspota, con su lenguaje rústico, su manera de actuar, su forma de vida rudimentaria es el arquetipo hacendado venezolano de épocas pasadas. El tío Nicolás es un hombre culto, que lee. La descripción, que hace el narrador de su casa, da la diferencia

Frente a mí había dos cuadros bellísimos, en litografía, copia de uno que, según decían, está en el museo de Versalles…

A la derecha dos cromitos franceses también: dos episodios de la guerra con Prusia. A la izquierda una litografía inglesa de casi un metro… (p.63)
El tío Nicolás, dice Díaz Seijas (1966), puede significar la liberación del campo venezolano del marasmo en que estaba sumido a causa de la ignorancia (p. 446)
En medio de estos dos personajes está Carlos, quien posee ideas innovadoras y en diálogos con otros personajes y en monólogos reflexivos, nos muestra el ideario del autor.
Las doctrinas filosóficas del ascetismo y los claustros convencionales pasaron con la época contemplativa de la Humanidad (...) Hoy obedecemos a otro orden de principios: la vida tiene una causa, que es la vida y un objetivo, que es vivir.(...) El reino de la materia se extiende a pesar de todo: el alma, el espíritu, que los escritores religiosos presentaron como un fluido intangible, no es más que una modalidad de la materia. (p.59)
Constantemente, a lo largo de la novela, Carlos hace crítica a la realidad que se vive. En el capítulo XXX, muestra la situación social

Nosotros tenemos dentro del hogar una dictadura odiosa, escuela donde se forman siervos para las dictaduras políticas (p76)
Hace crítica a la educación, principalmente la provinciana

La educación mercantil de este señor, educación recibida ahora treinta años, hace comprender perfectamente que no tenía ni cursos científicos, ni esa instrucción general, nacida con el espíritu del siglo, que habilita al hombre para tener todas las carreras (p.78)
Hay pesimismo en la novela, Romero García lo demuestra a lo largo del hilo narrativo. El final mismo así lo muestra.

¡Oh, compañeros! ¡Mientras esos hombres decrépitos se reclinan para siempre en el gélido fondo del sepulcro, vamos por el camino de la orgía. El hogar está desorganizado, nuestros padres son nuestros propios enemigos, las sociedades que tienen para la virtud un calvario y una apoteosis para el vicio, deben perecer como las ciudades malditas! (p.247)
Finalmente podemos decir que Peonía es una obra de contrastes: El tío Nicolás y el tío Pedro; el amor, que representa la vida y el incendio que muestra la muerte; los momentos de felicidad de Carlos con Luisa y los de dolor en la prisión y luego en la hacienda cuando encuentra moribunda a su prima. También vemos reflejada la época: de atraso en lo social, educativo, político económico… En ella hay hermosas descripciones del paisaje, costumbres y formas de vida, personajes típicos como doña Segunda que le dan ese sentido original y venezolano a la novela. Por todo ello tenemos que valorarla y considerarla un modelo de la narrativa posterior.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Díaz Seijas, P. (1966) La Antigua y Moderna Literatura Venezolana. Caracas, Ediciones Armitano.
Key Ayala, S. (1955) Obras Selectas Caracas - Madrid, Ediciones Edime.
Larrazábal Henriquez, O. (1980) Historia y Crítica de la Novela Venezolana del siglo XIX. Caracas, Universidad Central de Venezuela. Facultad de Humanidades y Educación. Instituto de Investigaciones Literarias.
Picón Salas, M. (1961) Estudios de la Literatura Venezolana. Caracas-Madrid Ediciones Edime.
Romero García, M.V. (1952) Peonía. Caracas, Ediciones del Ministerio de Educación. Dirección de Cultura y Bellas Artes, Biblioteca Popular Venezolana Nro. 46.
Uslar Pietri, A. (1953) Obras Selectas. Caracas - Madrid, Ediciones Edime.

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