ACERCA DE LAS AUTORAS

jueves, 24 de junio de 2010

EL MODELO DE VAN DIJK COMO SOPORTE DE LA NARRATIVA NATURAL Y DE LA NARRATIVA ARTIFICAL

Liduvina Carrera
Mireya Vázquez T
Ma Concepción Castro Conde


I. PRELIMINARES

Como apunta Freites (1996), la lingüística moderna ha despertado un creciente interés por caracterizar las estructuras globales de los órdenes discursivos. Uno de los discursos estudiados por la tradición literaria y por la lingüística contemporánea es la narración; se entiende por ésta: “un evocar acontecimientos realizados por personajes y con consumo de tiempo” (Castagnino l976: 34). Como se puede observar, el elemento fundamental es el acontecimiento: “fenómenos fácticos situados en el eje del tiempo” (Sánchez, l992).

El holandés Teun Van Dijk ha presentado un patrón para abordar estos discursos narrativos, desde la perspectiva de la nueva narratología (Bal, M. 1985), porque “una teoría empírica de la lengua también necesita modelos que expliquen cómo se comprende y cómo se usa el discurso en la comunicación” (Citado por Barrera Linares, 1990: 190). La ciencia del texto acentúa aspectos más amplios frente a los estudios de literatura general; Van Dijk (1983) afirma que: “muchas características de los textos literarios coinciden con características generales del texto, o al menos con determinados tipos de texto” (p. 16) y añade que al fin y al cabo la tarea de los futuros profesores de castellano y de idiomas, en general, es la de proporcionar a sus alumnos “un amplio espectro de habilidades y conocimientos para poder comunicarse, en los que la producción y la interpretación de diferentes tipos de textos es de máxima importancia” (idem).

Bajo estos presupuestos de carácter genérico, se procurará determinar la forma cómo los textos ofrecidos en el apéndice de este trabajo: la narrativa natural: de López (1996) y la narrativa artificial de Balza (1982), presentan un patrón narrativo prototipo desde los puntos de vista formal, pragmático y de coherencia, que tiende hacia la perfección superestructural en términos de equilibrio

Antes del análisis lingüístico de los textos, se ofrecerán algunos constructos teóricos. En primer lugar, se procurará un acercamiento a los términos: “narrativa natural” y “narrativa artificial”, que servirán de apoyo a estas reflexiones, y luego se ofrecerá el esquema propuesto por Van Dijk (1983) como patrón seguido por ambos discursos en su ordenación.


II. CONSTRUCTOS TEÓRICOS


 1.- LA NARRATIVA NATURAL Y LA NARRATIVA ARTIFICIAL

Partiendo de la idea general, reseñada por Barrera Linares (1995), con respecto a lo que se entiende por narración: “materia discursiva caracterizada por la relación que un narrador (voz textual) hace de la ocurrencia de una serie de por lo menos tres microacciones, enlazadas éstas por alguna variable común (un personaje, un conflicto, un ambiente, etc.) la cual da al conjunto categoría unitaria” (p. 60); se pasará a la revisión de algunas ideas acerca de la “narrativa natural” y la “narrativa artificial”.

Stubbs (1987) ha empleado varios sinónimos aproximados en la literatura, para definir los términos de “narrativa natural” y “narrativa artificial”. Entre las opiniones del crítico, se podría tomar en cuenta cuando presenta la narrativa natural como una: “conversación espontánea, no planificada o informal, que se opone(..) a lo(...) de artificial, ideada, inventada, introspectiva, intuitiva hipotética.” (p. 48). Genette (1993) denomina esta situación “natural”, relato factual y la “narrativa artificial” como relato ficcional. (Factual es un término acuñado para diferenciar la “narrativa natural” de la “narrativa artificial” o “ficcional”. Según Genette, no está libre de reproches, porque también la ficción consiste en el encadenamiento de hechos; proviene del latín: facere-factum: hacer).

Los textos narrativos son formas básicas globales muy importantes en la comunicación textual; Van Dijk (1983) ha observado que con la noción de texto narrativo: “se hace referencia, en primer lugar, a las narraciones que se producen en la comunicación cotidiana: narramos lo que nos pasó (...) recientemente o hace tiempo” (p. 153). Por tal motivo, la “narrativa natural” se refiere a narraciones sencillas, que dependen de la situación conversacional. Junto a este tipo de textos naturales, aparecen, en segundo lugar, los textos narrativos, “también propios de la narrativa natural”, que apuntan a otro tipo de contexto: los chistes, mitos, cuentos populares, las sagas, etc. Como “narrativa artificial”, surgen narraciones más complejas, circunscritas generalmente bajo el concepto de Literatura, que abarcan cuentos, novelas etc. El ejemplo estaría constituido por el relato ficcional de Balza (1982).

Como se puede apreciar, la “narrativa natural” alude a eventos presentados por el narrador como “verdaderos” dentro del mundo referencial inmediato a los interlocutores. Estas narraciones están apegadas a la verdad de lo ocurrido y se podría tomar como ejemplo la noticia periodística de López (1996). La narrativa natural depende de la noción de verdad y funciona sobre la base de un propósito informativo por parte del emisor concreto. El objetivo es el contenido dirigido en el marco de conocimiento práctico del receptor.

La “narrativa artificial”, según Barrera Linares (1993:162), no descarta abiertamente las posibilidades de información, pero no es éste su propósito primario; por el contrario, su recepción depende de la noción de verosimilitud. Esta narrativa se atribuye a realidades posibles dentro de la ficción y no está apegada a la “verdad” de los hechos narrados.

Cuando el lector asume la lectura de una “narrativa artificial”, sabe que tiene ante sí un “mundo posible lleno”, en términos de Eco (l981: 172). No le interesa saber si el texto representa la realidad en el sentido del realismo ingenuo, porque conoce que se refiere a problemas semánticos y, de esta manera, procura amoblar su mundo narrativo con individuos dotados de propiedades ajustadas a su propias experiencias, su “enciclopedia cultural” (Eco, 1981) o el “horizonte de expectativas” (Jaffé, 1995:20; Rothe, A, 1987).

El lector de textos ficticios sabe que los “mundos posibles” presentados en una “narrativa artificial” son construcciones culturales. Un “mundo posible es un universo de discurso creado sobre la base de la invención lingüística” ha dicho con acierto Adames (1995). En efecto, la fantasía opera como eje conductor de esos “mundos posibles que la escritura construye a partir de un necesario enfrentamiento, una disidencia obvia, con los aconteceres corrientes del mundo físico: la realidad” (Barrera, 1994: 33). En la ficción no hay enunciados de realidad, sino “enunciados ficcionales” (Genette, 1993: p.21). Cuando el lector asume su “pacto de lectura” con el texto, hace uso de su “competencia literaria” (Barrera, 1995:25) y distingue entre los planos de lo real y lo no real en el nivel de los contenidos. Está consciente de que el homo fictus (Forster, citado por Brioschi y C Di Girolano 1988: 223) o ente de papel (Bustillo, 1995) presentado en la “narrativa artificial” es diferente al homo existens de la “narrativa natural”. Se podría ilustrar con las palabras de Aristóteles: “No es asunto del poeta decir lo que pasó, sino contar el tipo de cosas que podrían pasar, lo posible según la posibilidad y la necesidad” (Citado por Pavel 1995: 62).


2.- EL MODELO DE TEUN VAN DIJK

Para el estudio de los textos narrativos, se han propuesto varios modelos: entre ellos, los esquemas del sociolingüista Labov y del folklorista Propp, los postulados sicológicos de Robert y el modelo actancial de Greimas (todos citados por Brioschi, F y C. Di Girolano 1988). Van Dijk (l983), representante de la nueva narratología, ha ofrecido un modelo que, tomando en cuenta algunas proposiciones anteriores, resulta más completo porque abarca las funciones sociales de la enunciación verbal.

El crítico holandés ha despertado un creciente interés por caracterizar las estructuras globales que se hallan en cada uno de los órdenes discursivos: argumentativos, instruccionales, expositivos, narrativos y descriptivos. Como se ha podido observar, por los autores mencionados anteriormente, uno de los discursos más estudiados, tanto por la tradición literaria como por la lingüística contemporánea, ha sido el de la narración. Van Dijk, como analista del discurso, ha propuesto un modelo superestructural esto es, un canon de construcción que pueda ser seguido por el texto en su ordenación. Tal esquema, conocido con el nombre de superestructura, se “llena” con el contenido semántico o asunto definido en términos de macroproposiciones propias del texto.

Esta superestructura de la narración engloba, como veremos más adelante, no sólo textos propios de la “narrativa artificial”, sino relatos pertenecientes a la “narrativa natural”. El propio autor ha comentado que “en la conversación también podemos hablar de estructuras, como por ejemplo las estructuras y superestructuras, de las varias etapas que se puede definir en una conversación” (Van Dijk, 1994: 34).

El centro de toda narración, según Van Dijk (1983), está conformado por las acciones que involucran a personas. De estas acciones dependen los demás elementos textuales y a estos constructos de carácter estructural, se añade el aspecto pragmático: lo narrado debe aparecer como interesante al auditorio y para que lo sea, las acciones deben ser narradas apartándose de lo que normalmente ocurre en los escenarios y tiempos que le sirven de marco. De este hecho, surge la primera categoría formal de la narración: la complicación, que supone una subversión de un estado de hechos considerados como naturales. Ante esta complicación, las personas involucradas en la acción reaccionan. Esta reacción constituye el elemento estructural segundo, que recibe el nombre de resolución y que puede ser positiva o negativa, exitosa o frustrante. Van Dijk denomina suceso a la suma de la complicación y la resolución. Cada suceso se enmarca en un contexto temporal y espacial llamado marco, que junto al suceso o los diferentes sucesos formarán el episodio. El conjunto de episodios de la narración forman la trama y ésta, unida a la evaluación u opinión del narrador frente a su relato, estructura la historia como término técnico. Adicionalmente, pueden aparecer otros dos elementos de valor pragmático más que estructural, ellos son el anuncio y el epílogo. Este último suele ser la moraleja de algunos cuentos y de las fábulas. Los dos elementos últimos son ajenos a la historia. De la misma manera, puede alterarse el orden secuencial y existir una flexibilidad relativa de la estructura narrativa, pero “los elementos obligatorios deben aparecer en la narración aun cuando se requiera un reordenamiento cognitivo que permita recuperar la superestrutura típica” (Freites, 1995).

En los textos narrativos debe existir coherencia interna (Sánchez, I. 1993), entendida como “relación entre los hechos denotados por dos o más segmentos que constituyen un texto”. Es necesaria la adecuación de cada una de las porciones discursivas en relación con la totalidad del texto y de éste con el contexto de la enunciación. Esta coherencia se consigue por medio de la propia presentación encadenada de los hechos narrados, bien por medio de conectores específicos o de una ordenación que ayude al receptor a establecer las relaciones de coherencia que existe entre los hechos narrados. Los conectores son palabras o grupos de palabras que señalan explícitamente la relación existente entre los segmentos constitutivos de un texto; en la narración, los conectores se indican como sucesión temporal: “luego”, “seguidamente”, “entonces”, etc. También pueden señalar la transición a otros contextos del relato: “no lejos de ahí”, “en otro lugar”, “mucho tiempo después”. (Sánchez, 1992). Estas relaciones tienen que ver con la linealidad cronológica condicional. Aunque la secuencialidad pueda verse alterada en el discurso narrativo, la superestructura manejada por el auditorio permite la reorganización de lo narrado.




En el epílogo a la edición castellana de su obra La Ciencia del Texto, Van Dijk (1983), entre otras explicaciones, procura un acercamiento a la noción de macroestructura semántica. El autor supone que “la macroestructura de un discurso es la reconstrucción teórica de lo que suele llamarse el tópico de un discurso o su información más importante” (p. 288). Propone Van Dijk que para derivar el tópico de un texto, se utilizan las (macro-) reglas que destruyen la información no significativa, y la generalizan. Además, incluyen la información cognitiva, subjetivamente variable de los hablantes. Como las macroestructuras dan cuenta de lo más importante de un discurso, se debe percibir que todo lector u oyente puede asignar a un texto una macroestructura diferente, subjetiva, según sus propias metas, perspectivas y opiniones. Van Dijk también ha señalado que todo hablante/escribiente emplea sus propios recursos para señalar la macroestructura “correcta” o la que tenía intención de expresar. El lector/oyente también posee un modelo cognitivo del hablante/escribiente y tratará de actualizar el conocimiento que sea relevante para comprender el tópico que le ha presentado el emisor. De modo que la comunicación eficaz sigue siendo posible. Esto no impide asignar al discurso una interpretación global más personal, o “sesgada”. Añade el analista holandés que la asignación de macroestructuras no es sólo una operación basada en reglas de abstracción mental, sino también estratégicas.


III. ANÁLISIS TEXTUAL

“NARRATIVA NATURAL”: DEPORTES. UCV VS UCAB, Y “NARRATIVA ARTIFICIAL”: ENLACE…

1.- NARRATIVA NATURAL / COTIDIANA: NOTICIA PERIODÍSTICA

La superestructura narrativa o modelo de análisis propuesto por Van Dijk, suele presentar cambios o transformaciones. En la noticia de López (1996), se puede observar desde las primeras líneas que el receptor se enfrenta con el marco. La circunstancia espacio/temporal está ubicada en “el pasado 03 de marzo, en el Polideportivo de la UCV”. Como ha expresado Blanco (1976: 218), una noticia tiene fundamentalmente dos partes; la primera de ellas, el “lead” o encabezamiento debe dar la sustancia de lo que se desea informar. A veces lo más importante no es el suceso en sí, ni el protagonista del hecho, sino el modo o el lugar donde ha ocurrido. Por eso, esta noticia comienza contestando dos de las seis preguntas clásicas de un discurso “periodístico”: ¿cuándo? y ¿dónde?

El emisor explica con anticipación lo que ocurrirá en este marco: “Se dieron cita para un encuentro amistoso (subrayado y negritas añadidas, comillas en el original) los equipos masculinos de Rugby de la UCAB y de la UCV”. Además, añade que “este partido. (...) terminó en un tremendo pleito” e insinúa pragmáticamente al receptor / lector, el significado atribuido al término “amistoso”, surgido de un acontecimiento cotidiano entre dos grupos deportivos estudiantiles.

Los personajes (homo existens) de este relato son presentados como verdaderos por la voz textual: “el señor Aníbal Montenegro, jugador de la UCAB” y “Leonardo Mohamad, entrenador del equipo de la UCV”. La complicación aparece cuando: “Montenegro le hizo un reclamo airado a Mohamad por la supuesta falta de una fotografía en la ficha de uno de los jugadores del equipo de la Central”. Como característica de este tipo de discurso periodístico, la resolución ha sido presentada con antelación: “este partido, lamentablemente, terminó en un tremendo pleito”.

La complicación y su respectiva resolución forman un primer suceso en este relato. Este suceso ha sido desarrollado en un marco determinado (como ya se ha visto). Ambos elementos forman el episodio. En esta “narrativa natural”, también existe otra complicación cuando: “después que el pleito aparentemente se había calmado, Montenegro agredió de nuevo, a traición, a Mohamad, en el momento en que se suponía que iba a disculparse”. La resolución se da en forma negativa para Mohamed con el hecho de que: “el juego terminó con un enfrentamiento a golpes entre los dos equipos”.

Este suceso conformado por la complicación y la resolución, se ha presentado en el mismo marco anterior; sin embargo, ya no se trata del instante del “encuentro amistoso”, sino de una situación particular dada: “en el momento en que suponía iba a disculparse”. Los dos episodios dan por resultado la trama. La evaluación, como aspecto importante en esta historia, se hace presente con las ideas del emisor: “Es lamentable, que circunstancias como éstas, se propicien en un ambiente universitario donde debería imperar el orden y sobre todo el respecto hacia los demás”.

Las macroproposiciones de esta noticia periodística estudiantil son abstracciones mentales, configuradas con la ayuda de las macrorreglas de omisión, selección, generalización y construcción (Van Dijk 1983). Se pueden abstraer tres macroproposiciones: a) Los equipos de rugby de la UCAB y de la UCV se dieron cita para un encuentro “amistoso” en el Polideportivo de la UCV; b). Montenegro, jugador de la UCAB, agredió a Mohamed, entrenador de la UCV en dos oportunidades y c). El encuentro terminó con un enfrentamiento a golpes entre los dos equipos.

La macroestructura de este relato está dada con el objetivo propio de una narrativa cotidiana: informar. El discurso periodístico, como “narrativa natural” no tiene como finalidad la estética, propia de la “narrativa artificial. No existe un orden lógico en la narración porque, como discurso informativo, presenta los elementos según lo que se desee destacar en el texto. Para la interpretación de este texto hay que tomar en cuenta el aspecto pragmático, el emisor probablemente esté a favor del equipo de su instituto universitario y, por esa razón, ha resaltado este orden de prioridades. Además, es importante comentar el contexto en que funciona la recepción del periódico: el público lector inmediato está conformado por la población ucabista, centro de donde se genera la noticia periodística de López, la estudiante de primer año de Comunicación Social.

El uso de la expresión: “se vio saboteado” resulta estilísticamente una fórmula inadecuada en una producción literaria; sin embargo, es de uso corriente en el lenguaje cotidiano y el receptor entiende lo que se pretende decir. En líneas generales se puede afirmar que el texto seleccionado es informativo y el emisor sólo ha pretendido dar a conocer un suceso, sin preocuparse por la estética propia de los discursos narrativos artificiales. Siguiendo la propuesta de Van Dijk, se ha podido observar la presencia de superestructura, macroproposiciones y macroestructuras en este relato que forma parte de la “narrativa natural”. Se han referido acontecimientos reales o factuales, alejados de los mundos posibles de la “narrativa artificial” o ficcional.


2.-NARRATIVA ARTIFICIAL: CUENTO LITERARIO

La primera categoría ofrecida por la superestructura narrativa de Van Dijk suele ser la complicación; sin embargo, en el cuento de Balza (1982) también se observa la presencia de una transformación. El ejemplo de “narrativa artificial” que ilustrará el análisis presentado en esta lectura, ofrece variantes a su receptor / lector. La voz textual del narrador comienza el texto refiriéndose a su situación en el momento de dar su mensaje: “A pesar del tiempo, aún caigo en la ansiedad vivificadora y densa que surge al contacto con los estudiantes”.

El lector del cuento conoce lo que se sucede a este homo fictus que comparte con él su mundo ficcional. El ente de papel es un profesor, enunciado en las siguientes líneas: “Siempre concebí cada hora de clases como un castillo de mil puertas que únicamente sirven, todas a la vez para entrar o salir”.

La complicación aparece en el momento en que el personaje comenta: “Alguna vez, para cierto examen, recomendé variadas bibliografías... y entre cada grupo de estudiantes...deslicé como tributo a Borges, un autor imaginario y un libro falso”. A continuación surge la resolución: “el menos audaz de ellos no sólo eligió precisamente cierto volumen, ficticio para mí, sino que centró el examen en una síntesis de aquel libro, en una adaptación del mismo y luego en el establecimiento de principios que sólo de allí podrían extenderse. Antes de su propia firma, el alumno indicó una cita textual”. Esta resolución representa una nueva complicación para la voz textual que resuelve obviar el hecho: “No quise saber si el alumno creó una teoría y un autor para no decepcionarme (se) o si, asombrosamente, él era (va a ser) el misterioso autor de la ambigua bibliografía”.

El marco del relato ficcional se puede abarcar- desde dos perspectivas diferentes: a). Al principio, el narrador ubica al lector en un tiempo que parece coincidir con el momento de la recepción del texto; el uso del conector adverbial “aún” lo remite luego a un “presente” e indica un tiempo ya “pasado” para el texto que narrará; b). Al presentar la complicación y la resolución, la voz textual explica que el hecho pertenece a su pasado: “ese día”; en lo que respeta al espacio físico, la acción se desarrolla en un salón de clases, circunstancia implícita que puede deducirse de distintas referencias: “contacto con los estudiantes”, “cada hora de clases”, “cierto examen”.

Las complicaciones y resoluciones señaladas, conforman el suceso y se encuentran dentro de un marco. En esta situación espacio-temporal, se pueden extraer dos episodios. con sus respectivos elementos. Un primer episodio posee la siguiente complicación: “deslicé (...) un autor y un libro falso”, y su resolución: “el menos audaz (...) centró el examen en la síntesis de aquel libro”. La complicación y la resolución se dan el marco del salón de clases, “ese día”. Un segundo episodio presenta la siguiente complicación: “el menos audaz (...) centró el examen en una síntesis de aquel libro (...) el alumno indicó una cita textual”. La resolución surge con las palabras: “No quise saber si el alumno creó una teoría y un autor” y el marco continúa siendo el mismo: “ese día”, en el salón de clases.

Continuando con el modelo de Van Dijk, la suma de estos episodios forma lo que se conoce como trama; ante la cual, el narrador reacciona y produce su evaluación: “Ignoro si mi invención coincidió con algo real”. Este juicio de la voz textual nos coloca delante de una evaluación ficticia y de esta manera queda conformada la historia.

Las macroproposiciones de este relato ficticio o “narrativa artificial” pueden resumirse en dos. Una primera macroproposición consiste en la evocación del pasado elaborada por el homo fictus / personaje, quien presenta su vida como docente de aula. Comenta la voz textual que durante la aplicación de un examen a) había sugerido la lectura de un libro ficticio y b) un alumno había centrado su examen en la teoría expuesta en ese libro. Como segunda macroproposición el lector observa que el personaje no desea encontrar una explicación al hecho.

Para una aproximación de la macroestructura del cuento “Enlace”, se observa la tipología de un relato fantástico que, como tal, produce un conflicto con la visión lógica que se posee del universo. Si hay algo que define lo fantástico es la vacilación, ése no saber cómo explicar lo que ocurre en el relato. El texto de Balza va más allá de producir la indecisión en el lector, porque el propio personaje la experimenta: “ignoro si mi invención coincidió con algo real; no quise saber si el alumno creó una teoría y un autor... o si, asombrosamente él era (va a ser) el misterioso autor de la ambigua bibliografía”.

Adoptar cualquiera de las dos posibilidades significaría que el relato ya no pertenece a lo fantástico puro; sin embargo, la voz textual deja muy clara su intención de presentar una narración fantástica, porque ella misma, en la incertidumbre, ignora lo que pasó: con la duda, el texto queda concluido. Se pueden añadir otros elementos pragmáticos que corresponderían a la intencionalidad del escritor: la alusión directa a Jorge Luis Borges, máximo representante de la narrativa fantástica latinoamericana, la alusión a “mil puertas”, que en este tipo de relatos dan acceso a un mundo “otro” (Bravo, l987), y el carácter “testimonial” del relato. El hecho de que José Balza, autor del cuento, sea docente universitario y que el protagonista de su relato narre los acontecimientos en primera persona, ofrece al lector la verosimilitud de un texto presentado “como real”. En líneas generales, el tema es una violación a la lógica modal, pero presenta una coherencia interna que forma parte de la coherencia global de todo el texto balciano.


IV. C O N C L U S I O N E S

Con la presentación de esta lectura se ha podido observar lo siguiente:

1.- Los discursos narrativos pueden ser naturales y artificiales.
1.1.- Se conoce como “narrativa natural” aquélla cuyos eventos han sido presentados por el narrador como “verdaderos”, dentro del mundo referencial inmediato de los interlocutores. Son relatos apegados a la verdad de lo ocurrido y, entre ellos, se pueden considerar, por ejemplo, las noticias periodísticas. La “narrativa natural” depende de la noción de “verdad” y funciona sobre la base de un propósito informativo por parte del emisor concreto. El objetivo es el contenido dirigido en el marco del conocimiento práctico del receptor.
1.2.- La “narrativa artificial” está atribuida a realidades posibles dentro de la ficción, no está apegada a la “verdad” de los hechos exteriores al texto mismo, aunque así parezca. En la “narrativa artificial”, no se descarta la posibilidad de información, pero no es el propósito primordial. La recepción de estos textos depende de la noción de “verosimilitud” y no de “verdad”; por ello, el lector de relatos artificiales juega a fingir cuando los lee, se acoge a que lo relatado es ficción y acepta el “pacto de lectura” con el texto.

2.- La narrativa es uno de los discursos más estudiados por la tradición literaria clásica y por la lingüística contemporánea. Algunos acercamientos teóricos previstos para el análisis de textos narrativos, han sido tomados en cuenta por la nueva narratología y propuestos con enfoques novedosos. El holandés Van Dijk es uno de los analistas que se ha dedicado a la presentación de modelos o superestructuras que permitan organizar los órdenes discursivos.

3.- Los dos relatos catalogados como “narrativa natural” (la noticia de López) y “narrativa artificial” (el cuento de Balza) en su brevedad, armonización y equilibrio estructural han podido ser analizados por el esquema superestructural narrativo del analista Van Dijk . El texto periodístico ha sido ofrecido al emisor como una realidad especular del mundo tangible; por eso, su personaje o voz textual se puede catalogar como un homo existens, de la vida real. Por el contrario, en el texto ficcional de Balza, se presentó un ente de papel u homo fictus, el lector “sabe” que es un personaje fictibilizado.

4.- Para concluir, se puede afirmar que los textos analizados, pertenecientes al orden discursivo de la narración, conforman obras acabadas e inmodificables, que la forma y el fondo han sido solidarios porque guardan cohesión interna y coherencia global. Ambos relatos han sido analizados bajo un contexto especial de lectura; el primero consiste en una noticia periodística, elaborada por una estudiante de la UCAB, para un periódico de la misma institución. El segundo, ofrecido como texto ficticio por el escritor / Balza / docente, quien ha rendido tributo al maestro de la narrativa ficcional latinoamericana: Jorge Luis Borges. Como coda final, se recuerda a Bravo (1990) cuando dice que: “atados al régimen de la verdad en nuestra relación con el mundo, siempre podemos separarnos y atravesando la infinidad de puertas que se inician con la mentira y se multiplican con la poesía, alcanzar el territorio libre y sin duda verdadero de lo imaginario”.


V. APÉNDICE

1.- NARRATIVA NATURAL / COTIDIANA: NOTICIA PERIODÍSTICA

López, Verónica.(1996. Abril, 9). “Deportes. UCV. vs UCAB”. En Tu voz. Periódico de los alumnos del 1° C Comunicación Social. UCAB. N° 1. Caracas.

Deportes. UCV vs UCAB

El pasado 03 de marzo, en el Polideportivo de la UCV se dieron cita para un encuentro “amistoso” los equipos masculinos de Rugby de la UCAB y de la UCV.
Este partido, lamentablemente, terminó en un tremendo pleito, pues se vio saboteado por el señor Aníbal Montenegro, jugador de la UCAB, cuando de forma violenta agredió físicamente a Leonardo Mohamad, entrenador del equipo de la UCV.
La disputa se originó en el momento en que Montenegro le hizo un reclamo airado a Mohamad por la supuesta falta de una fotografía en la ficha de uno de los jugadores del equipo de la Central.
Después que el pleito aparentemente se había calmado, Montenegro agredió de nuevo, y a traición, a Mohamad, en el momento en que se suponía que iba a disculparse, lo que le ocasionó al muchacho de la Central, graves lesiones en el rostro. Y como si este hecho fuera poco, el juego terminó con un enfrentamiento a golpes entre ambos equipos.
Es lamentable, que circunstancias como éstas, se propicien en un ambiente universitario donde debería imperar el orden y sobre todo el respeto hacia los demás.

2. NARRATIVA ARTIFICIAL: CUENTO LITERARIO

Balza, José (1982). “Enlace”. En: Un rostro absolutamente. Caracas: Monte Avila Editores. p.35
(A Sael Ibáñez)
A PESAR DEL tiempo, aún caigo en la ansiedad vivificadora y densa que surge al contacto con los estudiantes. Siempre concebí cada hora de clases como un castillo de mil puertas que únicamente sirven todas a la vez, para entrar o salir.
Entre mis alumnos han predominado ingenuos, creyentes e incapaces de imaginar. Alguna vez, para cierto examen, recomendé variadas bibliografías (es decir: diversos exámenes, múltiples acercamiento al tema): y entre cada grupo de estudiantes (y de textos recomendables) deslicé como tributo a Borges un autor imaginario y un libro falso.

Ese día, el menos audaz de ellos no sólo eligió precisamente cierto volumen, ficticio para mí, sino que centró el examen en una síntesis de aquel libro, en una adaptación del mismo y luego en el establecimiento de principios que sólo de allí podrían extenderse. Antes de su propia firma, el alumno indicó una cita textual. Nadie se ha enterado hasta hoy. Ignoro si mi invención coincidió con algo real; no quise saber si el alumno creó una teoría y un autor para no decepcionarme (se) o si, asombrosamente, él era (va a ser) el misterioso autor de la ambigua bibliografía. (1972)

VI. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS


Adames, J- (1995). “De los mundos posibles”. En Letras, 51-52. Caracas: Instituto Pedagógico. (p 219-229).
Bal, M. (1985). Teoría de la Narrativa. (Una introducción a la Narratología). Madrid: Edit. Cátedra.
Balza, J. (1982). “Enlace”. En: Un rostro absolutamente. Caracas: Monte Avila Editores. p 35.
Barrera Linares, L. (1990). “Del sonido a la grafía: texto oral y texto escrito”. En Comprensión de la lectura y acción docente. Madrid: Fundación Sánchez Ruipérez. (p 184-205)
Barrera Linares, L. (1993). “Aproximación psicolingüística al discurso narrativo-fantástico”. En Letras, 50. Caracas: Instituto Pedagógico. (p.157-170)
Barrera Linares, L. (1994). El traje narrativo de Trejo. Caracas: La Casa de Bello.
Barrera Linares, L. (1995). Discurso y Literatura. Caracas: La Casa de Bello.
Blanco, E. (1976). Técnicas redaccionales de hoy. Caracas: Instituto Universitario de Nuevas Profesiones.
Bravo, V. (1987). Los poderes de la ficción. Caracas: Monte Avila Editores.
Bravo, V. (1990). “La verdad, la mentira y el poder creador del lenguaje”. En Tierra Nueva, 1. Caracas: (p. 54-64)
Brioschi, F. y C. Di Girolano. (1988). Introducción al estudio de la literatura. Barcelona: Ariel.
Bustillo, C. (1995). El Ente de Papel. Un estudio del personaje en la narrativa latinoamericana. Caracas: Vadell Hermanos Editores.
Castagnino, R. (1976). “Jurisdicciones del epos: contar, narrar, relatar”. Pequeña introducción a la narratología. En Revista Chilena de Literatura, 7. Chile: Universidad de Chile. Departamento de Español. (p 27-36).
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Freites, F. (l996), Tatuaje de Ednodio Quintero o la Retórica Superestructural como Retórica del Relato. Ponencia. Maracay: Séptimas Jornadas Regionales de Lengua y Literatura. .
Genette, G. (1989) Figuras III. Barcelona-España: Lumen
Genette, G. (1993). Ficción y dicción. Madrid-España: Lumen.
Jaffé, V. (1990). El relato imposible. Caracas: Monte Avila Editores.
López, V.(1996. Abril, 9). “Deportes. UCV. vs UCAB”. En Tu voz. Periódico de los alumnos del 1° C Comunicación Social. UCAB. N° 1. Caracas
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Van Dijk, T. (1983). La ciencia del texto. Un enfoque interdisciplinario. Barcelona - Buenos Aires: Ediciones Paidós Comunicación/5.
Van Dijk, T. (1994). Maestría en Lingüística. Conferencias. Colombia: Universidad del Valle. Editorial de la Facultad de Humanidades.

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