ACERCA DE LAS AUTORAS

jueves, 8 de abril de 2010

CUBAGUA ENTRE LA HISTORIA Y LA FICCIÓN. NOVELA DE ENRIQUE BERNARDO NÚÑEZ

Mireya Vázquez Tortolero


INTRODUCCION

    Enrique Bernardo Núñez es uno de los escritores más importantes en Venezuela; y sin embargo, su estudio es muy reducido. Su obra es poco conocida. Sabemos que a través de su novela Cubagua es considerado el precursor del Vanguardismo en nuestro país, pero es poco lo que se ha investigado acerca de este autor. Su obra aún se mantiene desconocida en muchos campos.

    A través de este trabajo, queremos dar un aporte al estudio de este escritor. Lo que hoy nos ocupa es mostrar una visión de su novela CUBAGUA como obra histórica. Para ello, primero hacemos referencia a la novela histórica en general. Luego, lo que para Enrique Bernardo Núñez es la novela histórica. Como por ser teórico de la novela y la crítica literaria, por medio de algunos de sus ensayos, refleja su preocupación por el camino que deben tomar los intelectuales, cómo ve este escritor el papel de los novelistas.

    CUBAGUA es una novela histórica, a través de ella conocemos la realidad de esta isla venezolana. En ella vemos reflejada dos épocas bien distantes: la del autor, segunda década del siglo XX y la de cuatrocientos años antes. Unidas con tal maestría que no sabemos cuándo estamos hablando de un momento y cuándo de otro.

    Analizaremos el capítulo titulado Nueva Cádiz. Allí podremos ver reflejada la relación que existe entre la Cubagua histórica y la Cubagua ficción. Fusiona dos historias similares con cuatrocientos años de diferencia. El narrador nos entremezcla personajes históricos con personajes novelados. Sus vidas y las nuestras, lectores, están atadas a un pasado que se vuelve a nosotros cargado de mitologías. Juega constantemente con la simultaneidad del tiempo y del espacio. Todas las reflexiones teóricas de Enrique Bernardo Núñez están presentes en este capítulo. De allí que hayamos escogido esta novela para demostrar la presencia de las características de la novela histórica.


I.- GENERALIDADES SOBRE LA NOVELA HISTORICA.

    Dar un concepto sobre novela histórica es muy difícil. La novela histórica no se puede definir como algo absoluto, ni ubicarse dentro de un género determinado.

    Podría decirse que aquel tipo de novela donde el tema se desarrolla en época anterior o contemporánea al autor, donde el ambiente y las características del tiempo narrado se presentan con mayor o menor fidelidad, donde se interrelaciona la realidad con las acciones figuradas, y donde actúan los personajes de ficción al lado de personajes de comprobada existencia histórica, se podría considerar un modelo de lo que debería ser una novela histórica.

    La novela histórica posee tres elementos indispensables:
1.- Un personaje histórico real.
2.- Una época cronológica determinada y reestructurada por el novelista.
3.- Una documentación bibliográfica correspondiente, tanto a la época como al personaje seleccionado.

    Podemos agregar, además, que la novela histórica presenta tres planos:
1.- El plano histórico: se refiere a la historia social y política de una época determinada.
2.- El plano biográfico: se refiere a la historia de la vida real del personaje seleccionado.
3.- El plano narrativo: Es el lenguaje que se utiliza en el desarrollo de la novela.

    La novela histórica nace en Europa a comienzos del siglo XIX. Quien da inicio a este tipo de narración es Walter Scott (1771-1832), autor, entre otras, de la Biografía de Napoleón. También conocemos a León Tolstoi (1828-1910) quien escribió una de las epopeyas más extraordinaria de todos los tiempos: La Guerra y la Paz. El austríaco Stephan Zweig (1881-1942) escribió, entre otras, las biografías de María Antonieta, Dickens, etc. Hay, por supuesto, otros novelistas que desarrollan este tipo de obras, pero no es éste el momento para hablar de ellos.

    También Latinoamérica tiene su tradición con respecto a este tipo de novela. Según Alexis Márquez Rodríguez, la primera novela de esta categoría que se publica en América se escribió en México, de autor anónimo. Se trata de Xicoténcatl, referida a la conquista de México y las luchas entre aztecas y tlascaltecas. Fue editada en 1826. Con respecto a Esteban Echeverría (1805-1851), considerado como el iniciador del romanticismo literario en América, su obra El Matadero es un relato de corte político y posee rasgos de la novela histórica. La obra Facundo de Domingo Faustino Sarmientos (1811-1888) está ambientada en un período concreto de la historia argentina, la dictadura de Juan Manuel Rosas, entre 1829 y 1852. En Venezuela tenemos a Fermín Toro (1807-1865), quien viajó a Europa y se puso en contacto con las obras de Walter Scott, de allí que sus novelas Los Mártires y La Viuda de Corinto posean rasgos scottianos.

    Como Fermín Toro, muchos autores Latinoamericanos de novelas históricas se apegaron a los cánones de Walter Scott, y aunque en el tiempo ha habido cambios, se conservan algunas constantes que permiten reconocerlas como tales, ya que tienen algo en común con sus antecesores.


II.- LA NOVELA HISTORICA PARA ENRIQUE BERNARDO NUÑEZ.

    Para Enrique Bernardo Núñez, la fuente de inspiración de la novela debe ser la Historia. En su artículo titulado La Novela, presente en el libro Bajo el Samán, Núñez nos habla de que la novela necesita una renovación. Considera la posibilidad de darle libertad a la creación y, además, una multitud de personajes y una serie de acontecimientos existen en constante movimiento y transformación corriendo a nuestro lado, en busca de un novelista que le dé perdurabilidad a través de una obra. Pero es indudable que la época tan rica en aspectos, en significado, en caracteres, espera su novelista, que es como decir su historiador. También en el artículo Historiadores y novelistas hace la misma reflexión.

    A través de toda su obra, Núñez trató de ser fiel a su teoría y cada una de sus novelas refleja diferentes momentos de la historia de nuestro país. Su novela Sol interior nos sitúa en un ambiente caraqueño entre los años 1914 y 1918. Después de Ayacucho, publicada en 1920, nos relata acontecimientos ocurridos en el año 1835 cuando la Revolución de las Reformas. En sus dos obras maestras Cubagua y La Galera de Tiberio, este escritor da una visión de la historia, pero no sólo como mera recreación, sino buscando enseñanzas y reflexiones a través de lo que se narra. Algunos de sus personajes reflejan su propio pensamiento y son tratados bajo los parámetros de la novelística venezolana de la época, buscando la paz de la vida interior, pero sin olvidar la situación del país, preocupación perenne de nuestros novelistas del momento.

    Núñez, por medio de sus personajes, hace crítica y se presenta como un auténtico luchador por la igualdad social. En su novela Cubagua, está inmerso el dolor del escritor por el trato dado a los indígenas por parte de los conquistadores. Leemos pasajes cargados de gran emoción donde el narrador nos muestra el sufrimiento de nuestros aborígenes cuando se ven alejados de sus mujeres por causa de la guerra.

    Para Enrique Bernardo Núñez, la novela histórica tiene valor literario ya que el escritor toma los hechos de la Historia, los ficcionaliza y los interpreta según su punto de vista y los convierte en pura literatura. Necesariamente la fuente no tiene que ser vista como verdad estricta, sino que puede ser modificada por la obra de ficción. El novelista debe ser reflexivo para poder entender, analizar e interpretar algunos aspectos de la realidad que le rodea y luego poder llevarlo a la obra que desea escribir, y lograr de la Historia las enseñanzas y experiencias pertinentes para hacer una auténtica historia novelada.

    Núñez, como prueba de su teoría de ficcionalización de la historia, plasma en su obra maestra, Cubagua, con un lenguaje cargado de belleza, descripciones de cómo era la isla de Cubagua para cuando se desarrollan los hechos, con una maestría tal que envuelve al lector en el deleite de la recreación. Como sabemos, Enrique Bernardo Núñez escribe sus novelas cuando aún el Modernismo era el movimiento del momento; sin embargo, su lenguaje no es netamente preciosista, pero sí nos hace disfrutar de su lectura.

    Desde el momento en que el escritor actúa como lo hemos planteado, llega a formular, a través de sus obras, críticas histórico-sociales acerca de los hechos planteados, de la época en que se desarrollan los acontecimientos o algún personaje histórico. Por ello, toda la obra de este autor nos refleja, de una u otra forma su preocupación por la patria.

    Para Enrique Bernardo Núñez, la Historia la hace el pueblo mismo, sus gentes, sus hechos, sus costumbres; sus alegrías y sufrimientos son motivo de inspiración para un novelista. "El escritor debe su vida al país".


ANALISIS DEL CAPITULO NUEVA CADIZ DE LA NOVELA CUBAGUA DE ENRIQUE BERNARDO NUÑEZ

    Para el análisis en este trabajo, tomamos como estudio el capítulo titulado Nueva Cádiz ya que en él vemos sintetizada la historia de Cubagua como isla, y podemos ver claramente como el autor logra relacionar la historia con la narración novelada.

I.- Antecedentes Históricos de la isla de Cubagua.-

    Cubagua fue un centro poblado que no duró más de treinta y cinco años. En ella se dieron los períodos de formación, plenitud y decadencia. Es una pequeña isla ubicada debajo de Margarita, más cerca de la isla que de tierra firme, en la Península de Araya. Sus primeros habitantes fueron los Araucanos y los Caribes, después los españoles y finalmente los margariteños, quienes lograban equilibrar la vida en la isla moviéndose continuamente entre islas y costas cumanesas. Hoy sólo puede verse la señal de dos faros, uno al Noreste y otro al Noroeste, que sirven para facilitar el paso de las embarcaciones por el canal del Norte. A su lado se encuentra la isla de Coche, de mayor tamaño que ella.

    Según Guillermo Morón (1971, 207) Cubagua ha sido el primer centro histórico de Venezuela, el primer lugar donde se realizó la experiencia social del español en tierra venezolana, donde el primigenio de los españoles venezolanos logra constituir una ciudad, una república o población cristiana.

    Cubagua es una isla eminentemente árida, sin presencia de agua, ni de vegetales, ni de animales. Nadie se explica cómo pudo subsistir población alguna durante más de un cuarto de siglo. Lo que le dio su importancia y valor, en la época de los españoles, fue lo ostiales que los aborígenes explotaban con cierta prudencia, o al menos con poca intensidad; bordeaban la isla y constituyeron el motivo principal de su popularidad.

    Desde el primer momento esta riqueza va a convertirse en señuelo y el nombre de Cubagua llenó no solamente las islas pobladas con centro en Santo Domingo, sino a España. Hubo una fiebre de perlas tan importante como la del oro y las esmeraldas. Todo un medio siglo está lleno por las perlas, cuya pesquería de Cubagua se traslada al Cabo de la Vela y a Panamá (...). Sólo las perlas que tenían salida inmediata en el mercado mundial hicieron de Cubagua un verdadero emporio de vida agitada y deslumbradora. (Morón,1971: 209)

    Según los historiadores, la población de Cubagua antes de 1519 era de comerciantes pacíficos que debido a la presencia de indígenas rebeldes, procedentes de Cumaná, huyen hacia la Española y abandonan todo en la isla.

    Un segundo ensayo de población fue a partir de 1520 cuando se crea la ciudad de Nueva Cádiz. Ella es una ciudad orgánica, espontánea; no hay un fundador, ni reparto de tierras, su crecimiento es natural. Se va haciendo así misma en cuanto a la población, ordenada sucesivamente por la autoridades legales. A partir de esta fecha, su apogeo es evidente. Construyen casas y edificios ostentosos, se maneja mucho dinero, el pueblo está lleno de un espíritu con ideas progresistas. Se da el primer mestizaje en Venezuela; los mestizos de Cubagua poblarán a Margarita y las costas de la tierra firme. A partir de 1523, comienza la verdadera prosperidad de Nueva Cádiz. Podemos determinar dos instantes bien precisos de este apogeo: 1ro. de 1523 a 1528, un proceso de acomodamiento, durante el cual se crea y solidifica el gobierno regional; 2do. de 1528 a 1540, cuando crece la ciudad en población y en riquezas. Entre 1541 y 1543 es el período de decadencia y destrucción.

La ciudad se termina y los vecinos se mudan de Margarita (...). Más aún, después del temporal, quedan en la Nueva Cádiz, vencida por las fuerzas naturales, unos ocho o diez vecinos, que se aferran a la casa que han fundado (...). El mes de julio de 1543 será el último de la existencia de la primera ciudad en tierras que serán venezolanas. (Morón,1971: 207)

II.- Fusión de lo real histórico con lo mítico.

    Enrique Bernardo Núñez al escribir Cubagua anda en busca del verdadero sentido de lo nacional. Fue escrita en una época cuando aún la narrativa venezolana no había roto las barreras tradicionales, en el año 1931. Su técnica narrativa es tempranamente transformadora. Se podría decir que esto lo logra a través de la fusión de lo histórico con lo mítico. Angel Vilanova (julio-diciembre,1983:83) aclara este punto cuando dice que Núñez tenía que impulsarse más allá de la historia hasta la leyenda y el mito, y fundirlos armoniosamente, como lo hizo en CUBAGUA, en la nueva dimensión narrativa

    Toda su obra es un viaje constante y simultáneo al pasado y al futuro, pero no como podría pensarse: para huir del presente sino para entender sus signos y marcar las expectativas de la autonomía nacional.

    O. Araujo (1980) sostiene que:

...El autor ha utilizado la crónica, la leyenda la religión, el arte indígena, los cantos, los símbolos y las supersticiones populares con una intención y un sentir que va más allá también de la psicología de personajes y la sociología de situaciones, hasta desentrañar una concepción del hombre del Nuevo Mundo y un sentido del destino indoamericano (p.63)

    En su novela, E.B.Núñez unifica lo histórico con lo mítico. Fusiona dos historias similares, con cuatrocientos años de distancia de donde surge el clima narrativo y hace que el lector intuya la otra historia que subyace detrás de los hechos; de allí que el autor nos hace comprender que los personajes de su obra, sus vidas y las nuestras están atadas a un pasado que se vuelve a nosotros cargado de mitologías. Une la realidad con la fantasía para darnos todo un canto lírico de un pasaje de nuestra historia.

    Orlando Araujo dice que utilizando un método realista puso a conversar a los vivos con los muertos, hizo reversible el tiempo y lo metió a la historia en una pesadilla circular... (p.67) A través de la cita anterior, podemos deducir que toda la novela gira en torno a la idea de circularidad de la vida y de la historia, del tiempo y del hombre, de las cosas y de la re-creación.

    También, como idea fundamental se desprende del capítulo "Nueva Cádiz", el rescate de lo nacional, no entendido al estilo modernista, sino con la visión de futuro, que se adelanta para romper de manera categórica con la narración lineal, y jugar con la simultaneidad de tiempo y espacio.

    El rescate de lo nacional que percibimos en Cubagua está alejado de lo ruralista, está desteñido del color localista. Irrumpe este rescate, por plantear desde lo mitológico hasta el paralelismo de épocas distintas sólo en el tiempo, pero que en esencia repiten el mismo e idéntico gesto.

    En el capítulo que estamos analizando, el autor nos habla igual que cualquier cronista de cosas de hace cuatrocientos años; sin embargo, lo más importante en Núñez es que los niveles del discurso narrativo llegan a confundirse, hasta tal punto que no sabemos quién narra. Por un lado nos imaginamos que puede ser Fray Dionisio de la Era del Petróleo, el nuevo Dorado; igualmente puede ser Leiziaga, quien está obsesionado por descubrir el secreto de la tierra, pero también puede ser Lampugnano, venido del más allá, para descubrir detrás del otro ese secreto que le costó la vida; o si es simplemente la repetición de un gesto detenido en un instante.


III,. La Cubagua real y la Cubagua ficticia.-

    Como dijimos al comienzo, Cubagua tuvo tres momentos: inicio, desarrollo y decadencia. En este capítulo, vemos entrelazarse la Nueva Cádiz histórica con la presencia de los elementos novelados. Se nos confunde el presente con el pasado. La relación con la historia está bien clara, hay sucesos históricos ubicados y ubicables en diferentes épocas. Tenemos, por ejemplo sucesos que se dan en el año 1519.

Los indios de Cumaná y Chichiriviche se han sublevado y avanzan sobre Cubagua. Han destruído los conventos y muerto a los religiosos. Las huertas fueron arrasadas. El mulo de los frailes, los naranjos, la campana, todo fue destruído. (E.B. Núñez, 1947, 47)
    En otro pasaje de la novela, ubicamos el hecho histórico hacia 1543.

Nueva Cádiz fue sacudida por tormentas y terremotos, atacada por los piratas y los caribes. Cuando cesó el tráfico de esclavos los vecinos huyeron. No había ya quien llevase agua ni leña... (p.63)

    De la misma forma tenemos personajes históricos. Para 1519, Nueva Cádiz tenía un alcalde llamado Antonio Flores. El narrador, en este capítulo, hace referencia a él. También conseguimos a Ortiz de Matienzo, Pedro Ingenio, Diego de Ordaz, personajes tomados de la historia de Venezuela. Igualmente nos encontramos con el conde Lampugnano, personaje real y que en la novela será el puente comunicador entre el pasado y el presente.

    En este capítulo, que comienza sin ningún comentario por parte del narrador, hay una proyección de Leiziaga hacia el pasado. El es Lampugnano. El narrador nos dice que El tenía la misma estatura; pero la barba rubia, los ojos azules.(p.45)
Vendía el mismo óleo que ahora ambicionaba. (p.52). Al igual que Leiziaga deseaba buscar oro, riquezas, de allí que construya un aparato para extraer las perlas.

    Para E. B. Núñez, la novela histórica es un género literario porque obtiene lo que quiere escribir de la Historia y los ofrece como pura literatura, sin pretender que valgan como verdad estricta ( Larrazábal,O, 1995:5). En este capítulo vemos cómo la historia se enlaza con la narración ficticia. Tomando al personaje histórico el conde Lampugnano, quien en la realidad vino a Cubagua hacia el año 1528. (Morón, 254) , el narrador nos cuenta su vida transcurrida en la isla, sus aventuras, o mejor dicho desventuras de sus últimos días, que se van sucediendo con la presencia constante de rupturas temporales.

    Comienza el capítulo haciendo una presentación de Nueva Cádiz con toda su riqueza en perlas. Se nos habla del conde, sin saber que es él y a quien se le puede confundir con Leiziaga. Este personaje no era bien visto en la isla pues se afirmaba que padecía un maleficio, que era dado a prácticas de hechicería (p.46). Posteriormente se habla de la invasión en la isla de los indios de Cumaná y Chichiriviche.

    Los acontecimientos que allí se narran son una mezcla de lo histórico con lo mítico. En este capítulo se borran las fronteras del tiempo y la distancia. El presente y el pasado se confunden en una línea recta que, a nivel del discurso narrativo, irá acercando sus extremos hasta convertirse en círculo. En este proceso hacia la circularidad se van descomponiendo la realidad y el tiempo. Se capta la circularidad del proceso histórico planteado desde el enfrentamiento de dos civilizaciones: la blanca, encarnada en los españoles conquistadores y los indígenas.

    La soledad de Cubagua será idéntica a la soledad fantasmal que conocieron los Caribes y Tamanacos. La lucha por la sobrevivencia, la presencia del mundo mítico llenará la orfandad que siente el hombre frente al transcurrir del tiempo y la inmensidad del cielo.

Con la figura del conde Lampugnano, se hace posible la imbricación de realidades, él será el puente comunicador con el pasado mítico, aborigen. Cuando se nos está hablando del conde, conocemos a Arimuy, hijo de Toronaima. Historia triste, elegíaca de un indígena que lucha por su raza. También conocemos a Cuciú (luciérnaga), unos dicen que murió en la hoguera y otros que un adivino la arrebató de las llamas convirtiéndola en garza, una garza roja y confundida con las otras se cierne sobre los caños en la estación de las lluvias. (p.51)

    El pasado y el presente se confunden constantemente; vemos al conde encerrado en la cárcel y de pronto la narración cambia de espacio y tiempo y nos encontramos con la historia de Arimuy que se mezcla con la suya.

Vio ante sí dos pupilas centelleantes y unas manos oscuras se posaron fraternales en las suyas. El indio sacó un cañuto, comenzó a tañerlo y la ergástula se llenó de aquella ráfaga apasionada, en la que cada uno escuchaba su propia ternura inesperada... (p.56)

    Hay constantes reminiscencias a un pasado remoto, el vivido por el blanco en su tierra de origen.

El hambre sobrevino en Cubagua. La guerra asolaba Tierra Firme. Nueva Cádiz estaba llena de mendigos que referían sus hazañas (...) Este había sido paje de la reina Isabel; aquél caballerizo... (p.54)

    La ambigüedad presente se refleja precisamente por esos cambios constantes en el tiempo. Había perdido la noción del tiempo (p.60). Se entremezclan el pasado remoto, el pasado reciente, el presente; los momentos de inicio de Nueva Cádiz con los de esplendor y los de decadencia. Tenemos la presencia de ambigüedades: la muerte de Cuciú es ambigua; la presencia de fray Dionisio es ambigua. Durante toda la novela él es el hilo que une los diferentes momentos temporales. En este capítulo, después de la sublevación de los indígenas, en una piragua está la cabeza de Fray Dionisio, fraile menor de la observancia (p.48). En otro momento de la novela se habla de una cabeza momificada, y al final de este capítulo nuevamente aparece fray Dionisio en presente pasándose el pañuelo por la frente, por aquella calvicie, remate de una cabeza que parecía desenterrada. (p.63).

    Este capítulo, como toda la novela, reúne los tres elementos básicos, que según Mircea Eliede (1979), sirven para construir una realidad: fuerza, eficacia y duración. Cuando se da inicio a este ritual se produce el choque entre "Civilización y Barbarie". Se enfrentan estas dos realidades, pero no en el sentido bucólico, cantado por Horacio y Virgilio, ni en el sentido de alerta pedagógica, anunciada por Andrés Bello. Cubagua presenta dos mundos opuestos como complementarios, porque es la superposición de planos espaciales, las cosas se confunden, no sabemos si lo venido de la otra orilla del mar sea la "civilización" o si lo encontrado por esos hombres, en una isla solitaria y habitada por seres extraños, sea la "barbarie". Se enfrentan dos credos distintos, pero dirigidos al unísono a la creencia de un ser sobrenatural y presente en todas las cosas.

    Por medio de la vida del conde, vemos desfilar por el capítulo situaciones de maltrato hacia los indígenas por parte de los españoles y la sumisión de aquellos hacia estos.

Más tarde unos soldados traen brasesillos y encienden sus hierros con una C al extremo, que imprimen al azar en la carne oscura. (p.52)

   A través de la narración conocemos la desventura del indígena, sometido por los invasores. Los indígenas están vinculados por su Destino. Quien narra, con un lenguaje literario, cargado de gran emotividad, nos presenta la desgracia de esta raza, su sufrimiento. Bellamente nos describe la unión de a naturaleza con lo mítico. Lo real-maravilloso presentado posteriormente por Alejo Carpentier, está presente ya en esta novela.

...El maíz planta sagrada como el tabaco y el moriche, merece el amor de los hombres. Las auroras están cargadas de flores y las tardes dan sus estrellas. Entonces, en los patios, rodeados de fosos, arden las danzas, aeritos en que se refiere la historia al son de flautas y atabales…(p.58).
    Por último, diremos que este capítulo insinúa muy tácitamente esa lucha social entre dos razas. E.B.Núñez nos hace reflexionar acerca de la situación de nuestros aborígenes y cómo las riquezas se pueden acabar y dejar en el vacío a todo aquel que pretendió vivir de ella.

IV.- Conclusión.-

   Hemos visto a través del análisis de este capítulo, la historia de Nueva Cádiz. Ella aparece en sus tres ciclos: prosperidad, decadencia y destrucción. Hay un enfrentamiento entre dos culturas al parecer antagónicas; la aniquilación de una forma de vida y la imposición de otra.

   Lo histórico se inserta en la anécdota. El narrador nos cuenta los acontecimientos subordinados a la problemática de sus personajes, personajes en su mayoría con existencia real.

   Como una especie de pionero del Vanguardismo y con un gran sentido de lo patrio, Enrique Bernardo Núñez hace una especie de rescate de lo nacional. El se adelanta en el tiempo literario para romper con los lineamientos tradicionales y jugar con la simultaneidad del tiempo y el espacio. En su deseo de recrear lo nacional, no se centra, como la mayoría de los escritores venezolanos de su época, en lo regional, sino que hace su planteamiento tomando en cuenta desde lo mitológico hasta el paralelismo de épocas distintas, pero sólo en el tiempo (cuatrocientos años), pues en su esencia es un mismo acontecimiento.

   El tratamiento que hace de la crónica y del rescate nacional, lo fundamenta en un alto lirismo, que si bien está alejado de los temas de las corrientes modernistas, no lo está del todo del lirismo de esa época, aunque sin caer en la ampulosidad de la forma. Recrea los temas de lo eterno con una prosa poética donde se conjuga perfectamente el conocimiento del lenguaje con el juego hermoso de imágenes. Para tal idea vale esta expresión

...y aquel beso suyo continuaría encendido en otras bocas, del mismo modo que las rosas son iguales, diríase las mismas odorantes rosas de hace millares de años, y las estrellas siguen brillando largo tiempo aun cuando rueden yertas y mudas en el espacio. (p.58)
   Expresiones como éstas, enigmáticas, abierta a largas meditaciones, son las formas expresivas que refuerzan el lirismo comentado y hacen posible la unión de tiempos y espacios. El pensamiento y el hombre son libres, eso lo sabía Enrique Bernardo Núñez. Sólo así podía abordar su más apasionado tema: el secreto de la tierra perdida.


REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

BIBLIOGRAFIA DIRECTA

Nuñez, E. B. (1947). Cubagua-Orinoco. Caracas: Ediciones del Ministerio de Educación. Biblioteca Popular Venezolana. Nª 22.

Núñez, E:B: (1963) Bajo el Samán. Caracas: Tipografía Vargas Biblioteca Venezolana de Cultura

BIBLIOGRAFIA INDIRECTA
Araujo, O. (1980) La obra literaria de Enrique Bernardo Núñez. Caracas: Monte Avila Editores c.a.,

Campos, E. de.(1993) "Cubagua más allá del signo".En: Memoria XVIII Simposio de docentes e investigadores de la literatura venezolana. Caracas: Universidad Central de Venezuela Instituto de Investigaciones Literarias. Facultad de Humanidades y Educación.

Larrazábal H. O.(1995) Tres Ensayos sobre la Novela Histórica de Venezuela. Caracas: Universidad Central de Venezuela. Instituto de Investigaciones Literarias.

Vilanova A. (1983, julio-diciembre). "Para una lectura crítica de Cubagua de Enrique Bernardo Núñez". En: Escritura. Teoría y crítica literaria. Caracas: Año VIII. Nº. 16.

Zambrano, G. (1994septiembre -1995 marzo). "Amalivaca: un mito que nos funda". En "literatura del Caribe" de Actual, revista de la dirección general de cultura de la Universidad de los Andes. Mérida Nº 30.

BIBLIOGRAFIA GENERAL

Alvarado, L. (1956). Obras Completas. Datos etnográficos de Venezuela. Tomo IV. Caracas: Ministerio de Educación.

Análisis Estructural del Relato.(1970) Comunicaciones. Buenos Aires: Editorial Tiempo Contemporáneo, 2da. Edición.

Bachelard, G. (1975). La Poética del Espacio. México: Fondo de Cultura Económica.

Baquero Goyanes, M. (1970) Estructuras de la novela actual. Barcelona: Editorial Planeta.

Campbell, J. (1980) El héroe de las mil caras. Psicoanálisis del mito. México: Fondo de Cultura Económica.

Codazzi, A. (1960) Obras Escogidas. Caracas: Ediciones del Ministerio de Educación, Biblioteca Venezolana de Cultura, volumen I.

Eliade, M. (1979) El Mito del Eterno Retorno. Madrid: Alianza Editores S.A.

Luckacs, G. (1976) La novela histórica. Barcelona: Ediciones Grijalbo s.a.

Madrid, A. (1991) Novela Nostra Caracas: Fundarte. Alcaldía del Municipio Libertador.

Márquez Rodríguez, A. (1991) Historia y ficción en la novela venezolana. Caracas: Monte Avila Editores.

Miranda, J.(1975) Proceso de la narrativa venezolana. Caracas: Universidad Central de Venezuela.

Morón, G. (1971) Historia de Venezuela. La Creación del territorio. Caracas: Italgráfica, impresores editores s.r.l.

Reyes, A. (1942) Caciques Aborígenes Venezolanos. Caracas: impresos unidos.

Rojas, A. (s/f). Leyendas Históricas de Venezuela. Caracas: Ediciones Populares Venezolanas. Tomo I. 1er. Festival del libro venezolano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Estas páginas son de interés personal para sus autoras, si quieres hacer algún comentario...gracias¡